Hace ya algo más de un año de este viaje, pero como sabréis tuve un embarazo complicado y soy madre reciente, así que hasta hace bien poco no había editado las fotografías del viaje, y mucho menos había hecho una entrada en la web como bien merece. Ya voy teniendo algo más de tiempo porque le voy pillando el tranquillo a esto de ser mamá, que es lo mejor que me ha pasado nunca, y disfruto cada día dedicándole tiempo a mi pequeño. Y ese es mi plan hasta nuevo aviso, no tengo prisa, así que….por el momento las entradas en la web estarán bastante espaciadas =)
Carcassonne. Un lugar imprescindible para los amantes de los castillos y fortalezas. Viajar a Carcassone es pegar un salto en el tiempo. Los amantes del medievo disfrutarán como niños visitando la Cité, que es en lo que me voy a centrar por el momento en enseñaros. El resto de la ciudad tal vez en otra entrada….muy bonita pero sin duda menos impresionante que esta maravilla.
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Arezzo:el olor del tiempo.
Arezzo, allí donde el tiempo se quedó anclado. Tener la oportunidad de conocer esta ciudad justo el fín de semana que celebra su Fiera Antiquaria es toda una suerte. Y es que esta feria tiene lugar solamente una vez al mes, concretamente el primer fín de semana de todos los meses del año. En dos días, la ciudad se llena de gente, y el casco histórico de la ciudad se convierte en un monumental mercado de objetos antiguos y obras de arte. Las fachadas de la Piazza Grande se cubren de banderas con los escudos de los cinco barrios que componen la ciudad. Y el olor a un tiempo pasado aflora por todas partes.
Anghiari: La causalidad.
Habéis leído bien, sí. CAUSALIDAD, que no casualidad. Explicar el origen de este viaje es algo complicado. Yo es que no creo mucho en las casualidades, si no en las causalidades, en que todo ocurre (o no ocurre) por una razón. Lo cierto es que después de este viaje aún no me queda muy claro qué artimaña tramaba el destino, pero estoy convencida de que algún día lo entenderé. La cosa, para que me entendais, es que sin tener ni idea hasta unas pocas semanas antes de partir hacia Italia, es que yo acabaría en medio de La Toscana en la casa de la que fuese vecina de mi abuela a miles de kilómetros de allí unos 40 años atrás. De película, no? Pues juro que es verídico. Es una historia que me encanta contar por lo sorprendente, porque cuando empezamos a planear el viaje yo sabía que iba a conocer a la abuela de una amiga (que viajaba con nosotros) que entró en mi vida hace relativamente poco tiempo, pero no me podía imaginar el resto de la historia. Conchita Quesada, asturiana que emigró a París y de allí a Italia. Sandra del Busto, su nieta y mi amiga,parisina que desde hace unos años vive en Asturias, concretamente a dos portales de la casa de mis padres. A mí que no me digan que no es una historia para contar…De una manera u otra, el caso es que este viaje comienza a vivirse aquí, en Anghiari, pueblo toscano en el que dejé un trocito de mi corazón.
Noche de…Brujas.
Tenía esta entrada reservada para un día como hoy, simplemente por el tonto juego de palabras. Y qué mejor que un 31 de Octubre para hacerlo. Independientemente de a los que os guste esta noche o no, estoy segura que a todos os gustará esta entrada, y si no, pues nada. Lo habré intentado. Pero visitad esta ciudad. Os lo pido encarecidamente…En pocos lugares os sentireis inmersos en un cuento. Y Brujas es uno de esos lugares…
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Gante.
Ayer volví a recordar cuánto me gusta Bélgica. Un programa de la televisión me trajo recuerdos de un gran viaje que incluía, entre otras, la ciudad de Gante.