Ya sabéis, los que ya me tenéis fichada, que me vuelvo loca en otoño. Empiezo a enloquecer a finales de Septiembre y la locura me dura unos 2 meses aproximadamente. Para principios del mes de Diciembre ya estoy más calmada y entoces me inclino de repente hacia el lado contrario, como una balsa que de repente se desequilibra. En otoño florezco como las flores en primavera, adoro los colores de mi tierra en esta época, adoro las tardes de chocolate,libro y manta. Adoro el ritual que supone ir a coger castañas (pañar castañes en asturiano, que si no lo digo me suena raro), prepararlas en equipo para meter en el horno y cenarlas con un vaso de leche, o dos. Adoro caminar entre los colores de los árboles, adoro pisar las hojas secas, y ver llover bajo techo con un culín de sidra bien a mano. El holor a chimenea, el holor a tierra mojada. Las setas, las avellanas. Pero con el frío ya no me llevo tan bien….Por eso cuando empieza a apretar, y ya no hay hojas ni colores, empiezo a recular a la velocidad de la luz.
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Los colores de Cuenca
Cuenca es una ciudad que descubrí hace poco tiempo. Tenía pendiente hacerle una visita, recorrer sus calles y descubrirla sin prisa, y la verdad es que me quedé con ganas de más. Es famosa por sus Casas Colgadas, pero tiene algo que personalmente me maravilla, y es el color de sus calles.
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Otoño.
Los que me conoceis bien sabeis que el otoño es para mí una estación especial. Es una época en la que queda lo básico, y todo el esplendor del verano se va. Se cae poco a poco y cubre el suelo que pisamos de colores. Todo se despide, se destruye para volver a empezar. Pero se destruye con elegancia, desnudándose poco a poco y dejando visible un armazón básico, sin máscaras, sin caretas. Sin vestidos de gala ni maquillajes. Una belleza más pura, más simple.
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Minimal.
A veces hay que hacer las cosas simples. Procurar restar en vez de sumar indefinidamente. Una máxima en la que me obligo a pensar muy de vez en cuando es esa que dice que menos es más. Y realmente funciona. No se necesitan grandes cosas para hacer algo grande.
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