Buenos días! Cuantísimo tiempo sin una entrada en la web, eh? El papel de madre me está sentando de maravilla, lo estoy disfrutando como una enana pero tiene cosas como esta…el abandono absoluto de la web, ya no recuerdo cuándo fue la última vez que le hice caso. Retomo un poquitín con una entrada muy especial que había prometido, y es la de la Travespera 2017. Este año he podido estar en Asturias coincidiendo con este maravilloso evento, y pretendía irme a recorrer kilómetros cámara en mano con todos los travesperos. Pretendía también llevarme a mi niño, con su primer año recién cumplido, a disfrutar de esta cita, pero ya sabéis lo que pasa con los niños…se ponen enfermos. Y justo coincidió con este plan tan estupendo. Así que decidí acercarme de buena mañana a tirar unas fotos y pasarme el resto del día cerca de mi polluelo, dándole el calor y el cariño que en esta familia mía nos gusta que nos den cuando estamos malitos (y cuando no también). No hay mejor medicina que los brazos de papá y mamá…y esto, es así
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Septiembre:recibiendo el otoño en mi paraíso.
Ya sabéis, los que ya me tenéis fichada, que me vuelvo loca en otoño. Empiezo a enloquecer a finales de Septiembre y la locura me dura unos 2 meses aproximadamente. Para principios del mes de Diciembre ya estoy más calmada y entoces me inclino de repente hacia el lado contrario, como una balsa que de repente se desequilibra. En otoño florezco como las flores en primavera, adoro los colores de mi tierra en esta época, adoro las tardes de chocolate,libro y manta. Adoro el ritual que supone ir a coger castañas (pañar castañes en asturiano, que si no lo digo me suena raro), prepararlas en equipo para meter en el horno y cenarlas con un vaso de leche, o dos. Adoro caminar entre los colores de los árboles, adoro pisar las hojas secas, y ver llover bajo techo con un culín de sidra bien a mano. El holor a chimenea, el holor a tierra mojada. Las setas, las avellanas. Pero con el frío ya no me llevo tan bien….Por eso cuando empieza a apretar, y ya no hay hojas ni colores, empiezo a recular a la velocidad de la luz.
La Travespera: mi toma de contacto.
Como venía anunciando, aquí está la entrada en la web con las fotografías de mi Travespera 2015. Evidentemente esta entrada se queda cortísima, pues vivir fuera de Asturias no me permite poder estar siempre presente cuando se hacen este tipo de cosas, y este año me crucé con ella de pura casualidad. Sólo pude estar presente durante la concentración previa a la salida y en la salida misma, ya que ni tengo Vespa o Lambretta ni conozco a quien me pudiese llevar de paquete. Así que me quedé con las tremendas ganas de fotografiar semejante maravilla en su totalidad y me tuve que conformar con este puñadín de capturas, que no hicieron más que aumentar mis ganas de buscar la manera de asistir en próximas ediciones.
Irene y Juan: íntimo y personal.
Leña.
Estamos en una época en la que la calefacción empieza a ser necesaria. El frío comienza a aparecer y cada uno tiene sus propios recursos para caldear la casa. Uno de ellos es la leña.
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Paola.
Y es que no se puede ser más risueña. Esta niña tiene la risa fácil, lo que es una suerte para todas las personas que la rodean. Os presento a Paola.
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