Arezzo:el olor del tiempo.

Arezzo, allí donde el tiempo se quedó anclado. Tener la oportunidad de conocer esta ciudad justo el fín de semana que celebra su Fiera Antiquaria es toda una suerte. Y es que esta feria tiene lugar solamente una vez al mes, concretamente el primer fín de semana de todos los meses del año. En dos días, la ciudad se llena de gente, y el casco histórico de la ciudad se convierte en un monumental mercado de objetos antiguos y obras de arte. Las fachadas de la Piazza Grande se cubren de banderas con los escudos de los cinco barrios que componen la ciudad. Y el olor a un tiempo pasado aflora por todas partes.

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Arezzo, con una población de poco más de 100.000 habitantes, es la capital de la provincia homónima situada en la región de La Toscana. Fue escenario de gran parte del rodaje de “La Vida es bella”, y en la Piazza Grande se encuentra situada la casa en la que Roberto Benigni, en su papel de Güido, le pedía la llave a María.
Su reducido casco histórico es sin embargo explosivo. Lo que tiene de pequeño lo tiene de impresionante, y es que en apenas en unos metros se concentran, entre otros, la catedral de Arezzo, la Piazza Grande, la iglesia de Santa María della Pieve y el Palazzio Pretorio con su fachada plagada de blasones. El olor a piedra, a madera y a libros viejos, te llevaría a otra época si no fuese por el sonido del constante barullo de la gente. Puestos de antigüedades se mezclan con terrazas de cafeterías y restaurantes, con niños comiendo helados aislados del mundo que les rodea y concentrados en darle la forma perfecta, a base de lametones, a una gélida y dulce bola. La mirada atenta de las aldabas de cada puerta te hace sentir observado, casi espiado, cosa que se intensifica al sentirse descubierto por rostros pintados en cuadros, por reflejos atrapados en espejos de armadura ajada, decrépita en algunos casos. Los edificios centenarios comparten miradas con zapatos y bolsos de firma, con vestimentas llamativas a precio de saldo, con artesanías de todos los precios y con pasta y especias en escala de color. En Arezzo los tiempos se juntan en un estallido para los sentidos. Pero como nunca me canso de repetir, porque es una verdad universal, hay que vivirlo en carne propia. Yo os dejo con mis imágenes, y que cada uno valore este viaje como imprescindible o no….Desde luego, yo estoy por repetir. Buongiorno!!! =)

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